lunes, 30 de diciembre de 2013

Aquellas cosas que me decías.

Suena...
que suene el violín,
joder,
que me encanta.
Con un dulce toque de piano.

Pero que no suenen
más altos que tu voz.
Eso no.
Que suenen de fondo
mientras te oigo suspirar,
en primer plano.
Por encima de todo.

Como cuando me hacías volar,
¿te acuerdas?
"Más alto que las nubes",
decías...
"Tan arriba tendré frío",
te contestaba...
y me abrazabas.

Me susurrabas que no valía la pena
movernos de la cama
ni siquiera para volar.
Que ahí nunca nos atacaría
la temperatura...

Nos aislábamos del mundo exterior.
Porque lo odiábamos,
básicamente.
Durante unas horas
parecía que íbamos a ser eternos
sobre aquel colchón sudado.

Pero ya no sueño con las nubes
en tus costillas.
Ahora piso firme el suelo,
con los pies en la tierra
y el corazón en tus bostezos.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Ya no te escribiré.

Con el mismo bolígrafo 
que ayer te escribía a ti,
hoy le escribo a la noche.

...

No me odies así,
te fuiste y dejaste 
suficientes pestañas 
entre mis sábanas
como para escribir mil poemas.

Pero no te escribo a ti,
no,
no debo hacerlo.
Como mucho,
nos escribo a nosotros.
A nuestro azúcar en la mesa
que no alcanzó el café.
Ya sabes,
éramos torpes al despertarnos.

Es curioso...
ayer rimaba 
porque me besabas
y hoy rimo
porque no puedo besarte.

No, ya no serás mi musa.
Bueno, sí.
Pero te guardaré bien
escondida 
detrás de los poemas.
No te quiero en ellos.

...

Insisto en que el café
se me queda muy amargo
todas las mañanas.

Dispárame, amor.

Dispárame, musa.
Bombardea mis noches de ordenador
y de guerra civil.
Mis noches de nostalgia soviética.
Déjame escribirte.
Deja que me reinvente en tu espalda guerrillera.
Espalda comunista desorientada en España.

Año 39.
Nos exiliamos a Rusia.
Lo perdemos todo.
Pero me besas.
Guardamos nuestro fusil
en el mismo sitio
donde solemos amarnos.

Pero no.

Año 2013.
Yo sueño con la URSS
y tú me invitas a Cuba.
Me llamas poeta, como Neruda...
Quiero versarte en Stalingrado,
¿imaginas?
Tú, 
yo,
la resistencia...

lunes, 23 de diciembre de 2013

Conversación con la noche.

Hubo una noche en la que hablé con ella,
con la noche.
Sentí la necesidad de esquivarla 
y me dio conversación.

-Te odio-, le dije.

-Sabes que no.
Sabes que sin mí
nunca habrías escrito un poema.

-¿Y qué? 
Hay vida más allá de la poesía.

-¿Qué vida?
Ella no está.
Te conozco.
No tienes vida.
No vives.

-No entiendes nada.

-Estás borracho.

-Que te jodan.
Ella no está.
Déjame escribir.

-¿A quién le escribes?

-A ella.
Que no está.
Que ya no está.
¿Estuvo realmente?

-Estuvo.
Os quisisteis muy fuerte
en muy poco tiempo
en varias noches como yo.

-Vete ya. Joder.
Cerveza, verso. 
Cerveza, verso.
Eso es todo.
Cerveza, verso.

-[...]

-¿Ya no dices nada?
Siempre igual. Me jodes, 
te esquivo llorando
y bebiendo 
y te piras de repente.
Y cuando te vas
llega un día nuevo 
que me sigue recordando
que le quiero
y que no puedo quererle.

-No me he ido.

-Ah, vale.
Te odio igualmente.
"Podría escribir los versos
más tristes esta noche..."

-¿Neruda?

-Si.

-Es tu poeta favorito.

-Ya lo sé. 
Me encanta ponerle música
a sus versos
y recitar en mi cabeza
el poema XX
con su voz.

-¿La voz de Neruda?

-No, joder.
Su voz.
La de ella.
Ya sabes.

-Ah, sí.

-Cerveza, verso.
Cerveza, verso.
Una lágrima.
Respiro.
Verso.
Cerveza.
...
Ella tenía la sonrisa
más preciosa del país.
No, del planeta.
No, asi estoy negando así la existencia 
de vida más allá de aquí.
¿Sabes, noche?
Ella tenía la sonrisa
más preciosa del universo.

-Lo sé.
Te he visto escribirle 
a esa sonrisa
muchas veces.
Y siempre dices lo mismo.

-Cerveza, verso.
Cerveza, verso.

-Vendrá alguien nuevo que...

-No lo digas.
No me gusta esa frase.
Demasiada intuición
sin base. 
Solo intentas animarme.
Déjalo ya.
Cerveza, verso, ¿entiendes?

-[...]

-"Claro que, siendo objetivos,
ni tu espalda es un camino
ni tus ojos son ya míos.
Pero en esta caída,
yo te sigo sintiendo aquí.
Yo te sigo sintiendo en cada
rincón de mi cuerpo."

-Eso es nuevo.

-Es mío.
Bueno, es suyo.
Es decir, yo solo pongo la tinta,
es su mirada en mi memoria
la que escribe.
No sé si me entiendes.

-Sí.
Cerveza, verso, ¿no?

-Eso es.
Con ella no era así.
Cerveza, beso.
Verso, beso.
Cerveza, verso.
Beso, beso, beso.
Así era mejor.
Con ella todo era mejor.

-Le quisiste.

-Joder que si le quise,
y lo que me queda por quererle.
Pero mientras tanto,
cerveza, verso.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Y todo fue viento.

El frío indeciso,
sin prisa me besó
y su cálida presencia
con ojos rotos me miró.

Y todo lo que ayer fue,
hoy viento es.
Y el viento que hoy es,
mañana diré que invierno fue.

Porque te vi,
como a la Luna,
lejos de mí.

Pero tan cerca te sentía,
que al lado te escribí.
Al lado no de ti,

ya que invisible eras,
sino al lado del lugar
donde siempre tuyo fui.

domingo, 24 de noviembre de 2013

No tengo nada más allá de tus caderas.

No, no tengo un mundo detrás de mi voz.
No, no tengo miradas que rompan esquemas.
No, no tengo palabras que te desequilibren.
No, no tengo nada más allá de mis poemas.
Tengo la seguridad de estar en tus caderas,
el único sitio cuerdo de esta locura permanente.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Como un piano...

Como un piano me llamas,
astuta y dulce,
con voz de Diciembre
y azúcar en los labios.

Reservada ríes,
te apartas y te acercas
con inocencia sutil.
Y me quieres así.

Como un piano me amas,
triste y salvaje,
con palabras desordenadas
y dedos de pincel.

Profunda me miras,
me arañas y me gustas,
como un piano...

Como un piano me dices 
que fría es la noche
y acogedor mi pecho.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Perderme.

Paseo insensible por praderas de acero,
búscame en el viento,
pero no quieras encontrarme.

Me habré mudado ya al asfalto
o a la mirada perdida
del obrero sin rabia.

Y al perderme me buscaré,
y al buscarme aprenderé
que no lucha más quien fuerzas tiene
y que no es más débil quien no lucha.

Nunca en el olvido.

Porque luchaste ayer,
hoy te canto.
Porque evitaste caer,
hoy te canto.
Porque tu grito se apaga,
hoy te canto.
Porque tu vida se acaba,
hoy te canto.
Porque a la libertad rimaste,
hoy te canto.
Porque al cruel disparaste,
hoy te canto.
Porque aunque mueras no mueres,
hoy te canto.
Porque aunque olvides te recuerdo,
mañana te cantaré.



                                                         A los caídos y a los vencedores en Stalingrado.
                                                         Nunca en el olvido. 
                                             

Música, que siempre evades.

En el viento silencioso
viajas vagabunda.
Caminas en suelo ruinoso
con la muerte moribunda.

Das pies a los versos
y voz a los golpes,
endulzas antiguos besos
y alivias demonios torpes.

Como un niño salta,
tú ríes.
Inestable te apartas,
no existes.

Amiga cruel de noches,
vives clara y mueres suave.
Por fuegos oscuros corres,
música que siempre evades.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Sin ti.

Sin tus labios, todo es infierno.
Sin tus ojos, soy pastor sin pradera.
Sin tus miradas, todo está vacío.
Sin tu espalda, tímida y musa.

Sin tus piernas, todo es inestable.
Sin tus caderas, soy náufrago sin versos.
Sin tus manos, todo está lejos.
Sin tu pelo, largo y escritor. 



                                 "Menos tu vientre,
                                   todo es confuso."
                                            
                                                -Miguel Hernández.

lunes, 28 de octubre de 2013

Viento.

Viento, tú que has recorrido la vida de arriba a abajo:

dime, ¿llora más fuerte el poeta o sus versos?
         ¿sobrevive al invierno sin la rabia de su musa?
         el poeta muere antes que su musa si le versa por nostalgia,
         pero puede observarle inexistiendo si le versa por miradas.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Café y rock suave.

Me exilio de la tranquilidad que tus labios solían brindarme
para sentirme libre aún no pudiendo rozar tus manos.
Soy consciente de la inmensidad de tu recuerdo
en los oscuros rincones de mi mente, donde sigo besándote.
Vallas publicitarias en mi espejo parecen mostrar tu número,
incitándome a llamar cuando el café mantiene mi mirada activa.
Me meto en la cama y me tapo con fuerza,
buscando el tacto de tus calcetines para rozar mis pies.
La medianoche no varía, no ofrece nada nuevo
y soy yo el que grito, buscando el eco.
Rock suave para amenizar la oscuridad
entra por mis oídos, transmitiéndome sensaciones.
Canciones que antes llenaban tu presencia,
hoy están vacías.
Salgo a la calle con el sol todavía despertándose,
más melancólico y poeta que nunca,
por la combinación de la nostalgia
y la sensación de ahogo de las seis de la mañana.

lunes, 21 de octubre de 2013

Sobre la lucha de clases en España.

En el ámbito de la lucha de clases, distingo tres formas de mostrar que no estás de acuerdo con algo. Está la reivindicación, algo que voy a llamar "lucha sectorial" y la revolución. Cada una de ellas se utilizan en situaciones diferentes con gravedades diferentes. En España se abusa de la reivindicación. Voy a explicar las tres para que me entendáis mejor:

Antes de empezar, dejaré claro que cuando me refiero a "gravedad", entiendo que es algo relativo, pero se entiende bien, vaya.

-Reivindicación: Se usa para casos muy concretos de una injusticia social, con poca gravedad. Es decir, por ejemplo, si en una empresa despiden a alguien injustamente y los trabajadores de esa empresa lo entienden así, lo lógico sería reivindicar su malestar y expresar su queja para dejar claro que quieren que vuelva a trabajar dicha persona. Pero si en muchísimas empresas se está cometiendo esto, habrá que pasar a la lucha "sectorial".

-Lucha "sectorial": Cuando una injusticia se repite constantemente en un sector concreto, se pierden derechos y se ataca a dicho sector, se debe luchar. Es decir, en el tema de la educación, si están robándonos derechos constantemente, seamos sinceros, no nos los van a devolver con batucadas y manifestaciones. No hablo de una revolución armada (aunque la apoyo, lo explicaré luego), sino de acciones directas para luchar por esos derechos: huelga indefinida, piquetes, etc.

-Revolución: Cuando la mayoría de los sectores de una sociedad no funcionan y la situación de la población es crítica, se realiza una revolución para cambiar de base el sistema. Lógico, eso todos lo sabemos.


Bien, aquí entro a expresar el fallo del pueblo español en este aspecto. Yo, como comunista que soy, entiendo la necesidad de una revolución socialista en todo el mundo para acabar con las desigualdades, las injusticias y la miseria que produce el capitalismo. Pero en un país como España donde "no estamos tan mal", como dicen algunos, es muy difícil hacer ver a la masa la necesidad de ésta. De igual forma, el robo de derechos al que está sometido el pueblo en España requiere una lucha directa. Mañana comienza una huelga de tres días en el sector de la educación, con una manifestación el Jueves. La brutalidad de los recortes en algo tan básico como la educación requiere acciones mucho más directas para recuperar los derechos que nos están robando, es decir, en este caso, una huelga indefinida de educación en todo el país.

Así se debería aplicar, a mi opinión, en todos los sectores de la sociedad, en sanidad, educación, etc.

Recalco que no estoy descartando la revolución, al contrario, la apoyo y ojalá llegue su día y el pueblo tome el poder, pero es muy complicado llevar esas ideas a la gente en países como España. Resumiendo, hay que hacer más, así no se consigue nada. Salgamos a las calles y luchemos de verdad.

lunes, 14 de octubre de 2013

Sobre los extremos en el ámbito político-económico.

En los debates sobre política actuales siempre se caracterizan las posturas políticas por "izquierda" o "derecha", pero pocas personas las usan con criterio. A la hora de usar estos conceptos, la gente olvida que se refieren al ámbito económico (bien es cierto que una persona económicamente de derechas, suele tener un pensamiento conservador en lo social, pero no siempre es así) y lo usan mal. Suele catalogarse a los comunistas de extrema izquierda y, desde el punto de vista económico es apropiado decirlo así. Pero no se utiliza de esa manera, ya que si así fuera, se denominaría a los partidos políticos liberales como extrema derecha por apoyar el capitalismo, que económicamente hablando, es todo lo contrario al socialismo y por tanto, es extrema derecha. El error está en catalogar "izquierda" o "derecha" para separar las posturas políticas en lo que se refiere a lo social, lo cual demoniza la imagen de la "extrema izquierda". Se dice que los fascistas son la extrema derecha porque se sitúa en el sector más conservador, patriótico y xenófobo del ámbito social y se dice que los comunistas son la extrema izquierda, pero, ¿por qué? El socialismo (aunque en el ámbito social, los comunistas luchan por los derechos de las mujeres, los homosexuales, etc) no deja de ser un sistema económico. No se puede comparar el fascismo con el comunismo diciendo "izquierda" o "derecha" porque el fascismo no representa un modelo económico claro y el comunismo sí. La comparación debería usarse entre capitalistas y comunistas, si un "periodista" como Paco Marhuenda habla de la "extrema izquierda" y la define así para dar la imagen que le interesa que ésta tenga, se le puede contestar hablando de la "extrema derecha" que el defiende, es decir, el capitalismo.

Lo malo de esto es que lleva usándose así tanto tiempo que la gente ya entiende la política como "los extremos se tocan", ya que comparan el socialismo con el fascismo. Se ha conseguido así que la gente rechace las ideas socialistas sin conocerlas, por miedo.

Mira más allá, rechaza los tópicos que alejan a la gente de la conciencia y de la búsqueda de alternativas reales.

sábado, 12 de octubre de 2013

¿Y si somos?

Le pido a mi ansiedad que no me abandone en el frío de la noche,
sabiendo de antemano que no seré yo el que la camisa te desabroche.
Aumentan mis ganas de inmolarme en alguna plaza donde te besé,
recordando cómo sorprendido por la belleza de tus ojos te versé.
Intento ser aire entre la multitud de oxígeno vacío,
cubriéndome con una bandera roja del solitario frío.
Siento como desgarra las paredes de mi estómago la pérdida de tus besos,
no compensa sentirte lejos con la evasión de los excesos.
La marea debate conmigo sobre si el tiempo nos dará una oportunidad,
maldita tu habilidad de aparecer en mi mente cuando quiero rimar. 

-

Me alejo de ti como se aleja un preso de la playa, 
pero me vengaré de la rutina que me obliga a que me vaya. 
La noche se torna un monstruo con invencibles poderes 
y yo un niño sin más defensa que lo que mi presente piensa que eres. 
Ojala estuvieras dentro de mi cabeza, ¡Ojalá! 
Para ver el refugio acogedor que encontró en ti este cerebro nómada. 
Si solo tus palabras me protegen del silencio cuando no quiero hablar, 
mis lagrimas a conjunto con tu transparencia, 
recorro paisajes que creía inexistentes, 
nunca pude pensar siempre hasta utilizar mi mente 
para no autodestruirme y más años tenerte. 
Qué muerta he dejado a la muerte recuperando la vitalidad. 
Yo que creía que esta ciudad no volvería a darme felicidad 
al perder la inocencia y elegir sin disfraz caminar. 
Les digo a mis fantasmas: "conmigo no podéis" 
a sabiendas que me salva la misma mirada de gastéis. 
Perdona a mi desastre por haberme llevado a ti, 
latiendo por los instantes en que el laberinto me deja salir. 
Siempre he estado con un pie en la tierra y otro más allá, 
pero cuando te veo apagar estrellas en este planeta me quiero anclar. 
Me burlo de las apuestas que aseguraban que mi fin estaba cerca, 
son sus vidas quienes están muertas. 
La fama es una lija, prefiero tus caricias al despertar, 
mi experta en darme alas cuando me cierran puertas, 
y mientras me llaman terrorista, 
que se desarrollen mis instintos homicidas evitas. 
Deberían darte gracias por alargar sus ridículas vidas. 
A riesgo de parecer cursi te diré que nunca he visto algo tan bonito, 
sé que no es simple idealismo cuando resucito 
y tiene respuesta la desesperación de mi constante grito. 
A riesgo de parecer duro… te juro, 
que si te arrebatan el futuro yo el congreso dinamito. 
Tuve que ahogarme en un vaso para aprender 
a nadar en tu colosal océano. 
Qué extraño me siento entre la masa, 
el tiempo pasa y no quiero callarme los 'te amo'. 
He estado muy solo porque era necesario, 
para no infravalorar la redención que exprimo de tus labios. 
Puedo vivir sin muchas cosas, pero no sin ti. 
Me abro en canal para poder cantar lo que antes jamás sentí. 
Solo fui del viento, hoy tuyo, 
te cuento mis secretos, no dudo, 
me atas a la libertad con el nudo de mi garganta. 
En la inmensidad de tu corazón me exilio. 
Es divertido fabricar gemidos mientras ahí fuera 
por chorradas se matan. 
Volverme loco por ti será la salida más sensata, 
yo invoco la cordura de volverme loco por ti. 
Quiero sentir paz absoluta antes de morir.



                                                            Antes de morir.
                                               Pablo Hasél.

viernes, 11 de octubre de 2013

¿Y si conocerte fue secundario?

¿Y si conocerte era secundario? Quizá lo importante de nuestro tiempo es estar juntos, conocernos solo fue un trámite, enamorarnos también. Quizá nuestra casa tenga que ser la misma dentro de unos años y quizá tengamos que compartir cama, folios y café. Es posible que conocernos solo fuera algo que inevitablemente tenía que pasar para llegar a culminar nuestras miradas siendo nosotros. ¿Crees que no nos hubiéramos conocido al fin y al cabo? Sinceramente, lo dudo. Quizá no ese día, pero más adelante sí, seguro que terminaríamos buscándonos. La cuestión no es cuándo vamos a estar juntos, si no cuánto vamos a tardar en darnos cuenta de que tenemos que estarlo. No sé, es demasiada casualidad haberte conocido, no debería quedarse en un recuerdo o en algo que celebráramos cada año. No sé, cariño (si es que es adecuado llamarte así), ahora que ya nos hemos conocido... ¿cómo vamos a no estar juntos? Quizá no ahora, pero algún día. Si no es así y me estoy equivocando, no entiendo esta mierda. Es decir, ¿quién si no tú? La vida sin tus besos ahora mismo, bueno, se lleva como se puede, pero un futuro sin ti es inconcebible. Bueno, me voy, pasa un buen día. Te quiero.

Aún a riesgo...

Aún a riesgo de parecer estúpido,
musa mía,
te diré que la fría ciudad
se torna acogedora 
cuando estás entre mis brazos.

El suelo inestable parece
dormir y tranquilamente
ofrecer su espalda para
los pies de las almas apagadas.

Siempre encontré en 
tu inestabilidad un refugio
que me salvara 
de mis monstruos.

Se repite la historia de 
tratar de olvidarnos,
deseando cada noche
la cama del otro.

Las agujas del reloj marcan 
el tiempo sin tus suaves labios
humedeciendo los míos,
duros y cortados.

Aún a riesgo de parecer estúpido,
musa mía, 
te diré que la fría ciudad
se torna despiadada
cuando no estás entre mis brazos.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Ya he probado.

Ya he probado la nostalgia,
las canciones desordenadas,
los atardeceres,
los desayunos inquietos
tras las duchas frías.

Ya he probado la locura,
el beso sin profundidad,
la locura del alcohol,
la eternidad del humo.

Ya he probado las espinas,
el chocolate amargo,
el café destemplado,
las vaginas vacías.

Ya he probado los errores,
los fracasos,
el tequila
y el olvido.

Ya he probado la primavera,
la sombra de los árboles,
el viento despeinando
y el frío afilado.

Ya he probado los labios secos,
las miradas mudas,
las palabras simples
y las espaldas ásperas.

Ya he probado el tiempo
y el paso de éste sin ti,
ya he probado tu ausencia
y he probado los celos.

Y sí, definitivamente,
he probado el viento
y no encadena las palabras
como el hilo de tu aliento.

martes, 8 de octubre de 2013

Demasiado incomprensible para tus labios.

Salto desde el vacío de tus dulces entrañas,
buscando un suicidio que me evada,
algo que me aleje un poco más de ti
hasta el punto de no sentirte.
Si no te siento no puedes doler.

Pero entonces abandonaría mi cuerpo
para dejar de sentir odio a mi pecho,
aunque ello no lograría que mi
conciencia desvaneciente dejara de buscarte.

Siempre dije que eras tú o barbarie,
que sin ti no era nada; vacío.
Un ser humano sin lógica
ni un ápice de calma en primavera.

Un poeta cuya musa es tan ajena
a sus versos, que ya no sabe
qué decirle cuando no encuentra
su espalda en la madrugada.

La siente tan lejana
sin dejar de sentir su perfume
que los versos no salen,
no encuentran el tímido papel.

A él le encantaba escribirle y que
ella, al leerle se sintiera amada 
y sonriera sabiendo que alguien 
le recuerda cuando quiere olvidar todo.

Tu cuerpo aún es percibido por mi tacto
mientras desayuno, aún noto el cálido
contorno de tu poética espalda
siendo recorrido por mis cansados dedos.

Aún no te echo de menos
porque no me he adaptado a esto.
No siento nada porque todo
lo que sentía lo producías tú.

Saldré al exterior de mi autodestrucción
cuando tus brazos me esperen abiertos
o cuando tenga seguro que al salir
dejaré de existir, humanamente hablando.

Lleno minutos escribiéndote porque necesito
verte y el boli se cansa, pero yo no.
Hacía tiempo que no te sentía tan cerca, estoy sintiendo
el mullido tacto de tus labios en mi pecho.

Mentiría si dijera que al escribirte me desahogo,
pero tampoco lo intento.
Si te soy sincero, te escribo por si algún 
día me lees, o mejor aún, te recito.

¿Qué sabrán los poetas de la belleza
si ninguno ha escuchado tus gemidos?
Ninguno ha mirado tan de cerca
tus ojos (¿verdes?, ¿marrones?) eternos.

A lo mejor mañana vuelves o
a lo mejor mañana vuelvo a
escribirte. Si lo hago es porque
no puedo perder mis manos en tu pelo.

Me estoy perdiendo la vida en este
sinsentido de echarte de menos,
pero, ¿qué es mi vida sin ti?
Nada. Alternancia de temperatura y luz.

Se me cansa el brazo pero las letras
brotan, musa mía, desgarras.
Artistas menos virtuosos que 
tus piernas misteriosas.

Ven, aunque después vayas a irte
y ya no vuelva a verte, ven.
No me entra esta mañana sin
tus sábanas, maldita guerra contrarrevolucionaria.

No pierdas el rumbo entre las
barricadas, porque mi lucha sin ti
no tiene sentido. Antes de 
hacer justicia, quiero besarte.

Y antes de morir, agarrar con
fuerza tu mano. Que si me voy,
muera mi inseguridad y sean
torturados los fantasmas del pasado.

Jodido pasado, no puedo cambiarlo
pero puedo dejarlo atrás y quererte
hasta que la tormenta tire las ventanas
del salón donde te amé como nunca.

Rescata el viento que ya no molesta
a los árboles, rescátalo porque mi
dolor de cabeza aumenta con 
el calor sin tu fría piel.

No quiero terminar nunca este poema
porque mientras lo escribo me 
siento un poco vivo. Siento
casi imperceptiblemente la felicidad.

Pero no te confundas, la siento
porque, de alguna forma, al escribirte
te tengo. Así quiero creerlo,
la imaginación salvó mi realismo.

Siento que me contradigo línea
tras línea pero, ¿qué puedo hacer?
No tengo lógica sin la incomprensión
que ofrecían tus palabras.

Ya no sé cómo decirte que te necesito,
pero da igual. Ya lo sabes,
cuando quieras estar en tu sitio,
estaré preparado para amarte.

lunes, 7 de octubre de 2013

Seré viento en tu ventana.

Volveré a ser vacío en el precipicio de tu ducha, húmeda y peligrosa por esconder un erotismo traidor y desalmado. Seré viento golpeando el cristal de tu ventana cuando la tormenta se aproxime. Son incomprensibles tus manos sujetando el vaso de café temblando por el frío. Quiero creer que cuando suena el despertador y, abres los ojos poco a poco, tu aliento busca mi pecho durante un segundo, instintivamente. Y digo que quiero creerlo porque no estoy seguro de que tus labios se sequen tan rápido como los míos cuando no nos besamos. No sé tú, pero desde que te fuiste solo quiero i̶r̶m̶e̶ ̶c̶o̶n̶t̶i̶g̶o̶ marcharme a ningún sitio, perderme entre la niebla. Seguro que mis fantasmas me dejan un poco en paz allí.

    

    Musa mía, ¿por qué desgarras mis escritos?


sábado, 5 de octubre de 2013

Poemario, 5 euros.

Ya tengo aquí varios ejemplares de mi primer poemario. Si quieres uno, dímelo en el correo edumabbitt19@gmail.com y te enviaré uno a tu domicilio. El precio es de 5 euros, que es el coste de fabricación + gastos de envío.

Muchas gracias.

  Un abrazo, Edu.


Otoño, te dije que no vinieras.

Recuerdo nuestros cuerpos empapados
rozándose inevitablemente en el césped.
El sol secaba nuestra piel y nuestros ojos
se mantenían firmes en la pupila del otro.

El suelo verde como tu mirada y una 
calma suicida condicionando las palabras
que, de vez en cuando, lanzábamos 
buscando una suave risa y un beso.

Ahora la lluvia mancha mi ventana
desconcertada y el cielo se oscurece
dando pie a sensaciones que contigo
se escondían cegadas por tu belleza.

La misma lluvia de la que un día escapamos
corriendo, como acostumbrábamos a hacer
con la rutina, hoy congela mis cubitos de
fuego y enfría la sangre de mi espalda.

Pasaba calor a las siete de la tarde
contigo, pero aún así, cuánto más
cerca te sentía, menos agobiado
miraba el mundo.

Una vez escribí al otoño que 
este año no viniera y ahora 
que ya está aquí, le pido
que se vaya y deje paso a tus labios.

martes, 1 de octubre de 2013

Te marchas.

La noche es joven y aún gatea
cuando viene a verme.
Siempre aparece cuando tengo
escalofríos de café.

Madrugada cruel la que
decidiste disparar
y te rebelaste ante mis labios
como la hacías contra el Estado.

No sé cantar en tu portal
pero sé escribir cuando
no me esperas en él,
nerviosa y sonriente.

Inexplicable el vacío
que dejó tu mar en calma
en la tormenta que 
golpeaba mi triste barco.

Tengo unos pies  
dispuestos a andar,
pero, ¿para que?,
no tengo camino.

Te marchas y,
con algo de suerte,
la ciudad nos cruzará
cansados de escribirnos.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Fin.

Si hubiera sabido que era 
nuestro último polvo,
habría puesto mi alma
en llevarte a un eterno orgasmo.

Si hubiera sabido que era
nuestro último beso,
te habría robado la fuerza
de todos los anteriores.

Si hubiera sabido que era
nuestro último paseo,
te habría llevado hasta 
el final de mi Luna.

Si hubiera sabido que era
la última vez que 
recorría tu espalda habría escrito
en ella este poema.

Si hubiera sabido que era
la última vez
que acariciaba tu brazo habría
memorizado tu frecuencia cardíaca.

Si hubiera sabido que era
la última vez 
que cogía tu mano
la habría agarrado con fuerza.
(como tú hacías cuando
te ponías nerviosa).

Si hubiera sabido que era
la última vez
que debatía contigo
habría organizado la revolución.

Si hubiera sabido que era
la última vez
que sonreías al verme
habría hecho el idiota como nunca.

Si hubiera sabido que era 
la última vez
que sentía celos justificadamente,
habría matado.

Si hubiera sabido que era
la última noche,
no me habría despertado.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Odio justificado a la calle.

Salgo a la calle a dar un paseo,
¿para qué?
Detesto el ensordecedor ruido
de la prepotencia de la gente.

Me incomodan sus modales,
su forma de hablar y de mirar.
No me gustan las personas
de donde yo vivo.

Les oyes conversar y reina la incultura,
a lo mejor soy yo el detestable,
no lo sé.
Sé que ellos me repelen.

No alcanza su vista más allá
de sus incoherentes pensamientos,
todos hablan de sí mismos
y fingen escuchar a los otros.

Me paran por la calle
y quieren convencerme de que
la fe y la religión
son más fuertes que la filosofía.

No sé si reír o intentar convencerles
de que abran los ojos.
Qué triste es vivir controlado
y creerte libre

gracias a lo que los titiriteros
te ofrecen para que ignores
tu condición y no luches
por ti mismo.

Alguien se manifiesta pacíficamente,
hablas con ellos 
y dicen ser revolucionarios
pero no quieren luchar.

Incomprensible.
Un hombre se queja porque dos hombres
se besaron en la plaza
y les llama repugnantes.

Momentos después él insulta 
a su mujer y le trata
como si fuera de su propiedad.
Ella no reacciona.

A lo lejos un patriota
grita mientras mastica un kebab:
"iros a vuestro país".
Sigue masticando.

Un joven es arrastrado
por las garras del fascismo
y es condenado a una vida
de prejuicio e ignorancia.

La gente sigue mirándome,
mientras ellos andan, yo escribo
mirándoles y eso parece
resultarles extraño.

Tres adolescentes se ríen
de una chica por la calle
por tener las caderas anchas
y ésta se acompleja día a día.

Un obrero despedido
grita con orgullo el nombre
del país que le explota
y luce sonriendo su bandera.

No sabe que pronto 
será desahuciado por 
los que dicen poner orden
en nombre de su país.

Las palomas se espantan,
y yo, impasible,
aumento mi disgusto
por estar aquí cada día.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Filosofía de fuego y silencios.

Vomito asfalto hasta incendiar
la cuneta de tu espalda desnuda,
libre de opresión y de incultura,
desafiante en un mundo ridículo.

Expropiándote el suspiro 
después de un orgasmo
comprensible únicamente
para incomprendidos.

Si entiendes lo que dicen los silencios 
entenderás que hablar está de más.
Siempre y cuando sepas 
qué decir sin palabras.

Búscame donde sea,
allí donde tu aroma
inspiró mis versos complejos,
vacíos y desquiciados.

Eres el fuego y las cenizas
tras el humo negro,
suave queda el roce
de tus labios olvidados.

Busco lógica en la filosofía
de tus frases a medianoche,
envuelta en mis, ahora,
desconcertados brazos.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Que te vayas.

Que me lleven a la guerra
si no bombardeas mis labios;
que me destierren de esta vida
si no paseamos por tu barrio.

Que apaguen las intensas luces
si el telón de tus ojos se cierra,
con suerte algún día te cruces
con mi oasis entre tanta tierra.

Que se lleven las flores preciosas
de tu jardín inmensamente olvidado;
que me quiten las esposas
de tus abrazos desalmados.

Que no vuelva a ver la luz tu sombra,
ni aparezca desnuda por la puerta
ni frustrada me llames en la alfombra
con falsa mirada de amada muerta.

martes, 17 de septiembre de 2013

La hoz de mi martillo.

Cuando no apareces
la línea divisoria entre lo bueno y lo malo
se distorsiona y no controla
los días en los que verte sería más que un regalo
si puedo besarte bajo una farola.

Días ridículos en los que
la rabia acumulada se expande
y busca una salida entre mi desquiciada mente,
la ciudad no es demasiado grande
para perderme contigo entre la gente.

Podría decir que
te necesito como un príncipe a su princesa,
pero no creo en monarquías,
prefiero decir que entre la niebla espesa
tus besos calman mi agonía.

Espero que algún día
podamos dormir juntos en un mundo socialista,
pero me conformo con observarte
desnuda e impasible, siendo la musa de este artista
que bajo la bandera roja busca acariciarte.

Sé algo, pero conmigo,
sé la hoz de mi martillo
sé la voz de mis protestas,
sé el filo de mi cuchillo,
sé mi barricada en las revueltas.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Burgués.

Burgués, desalmado y despiadado,
ríe porque cuando el odio se vuelva bala,
podrás correr todo lo andado,
pero algún obrero te disparará por la espalda.

Burgués, a ti la gente su alma vende,
pero las guillotinas entienden de justicia
y cuando la primera chispa prende
el proletariado sale con rabia de su asfixia.

Burgués, tu mansión de madera
arderá bien con una llama de rebeldía,
la revolución con ansia espera
que la gente cante por ella día a día.

Burgués, ahora el pueblo duerme
pero cuando despierte y tome fuerza,
lo que antes era una luz tenue
será una explosión donde caviar almuerzas.

Burgués, asesino y explotador,
prepotente y orgulloso,
a los pobres les sobra valor
para salir del foso.
(al que tú les condenas)

sábado, 7 de septiembre de 2013

Será.

Será que el mundo está desfasado
o que ya no vale la pena evadirse.
Será eterno o será innececesario
como decirte que te quiero.

Será que sin el detalle de tus labios
no concibo paz, 
pero tampoco rebeldía
más allá de un muro.

Será que nada es habitable...
ni esa esquina, ni ese portal,
ni ese banco que algun día
expropiaré contigo.

Será que resto tus caricias
a mis ganas de exiliarme
y que si me marcho,
será contigo a ningún lado.

Será que al mundo le faltan héroes
y le sobran bestias
y que en ese vacío,
tú me llenas.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Humano.

El universo se asfixia porque el hombre
le roba el oxígeno.
El hombre codicioso y malhumorado
(el hombre capitalista)
ya no sabe amar
lo que no puede comprar.

Humano triste y orgulloso,
cambia rápido de aspecto
o desaparece de este mundo borroso
del cual eres tú su peor espectro.

Reina el mal y gobierna el absurdo,
el obrero tiene más necesidad
de circo que de pan.
El hombre ya no sabe expresar 
lo que no sabe sentir.

Humano estúpido y solitario,
aléjate de la naturaleza,
pues en los paisajes esteparios
se percibe aún la belleza.
(No vayas a robarla).

La paz se evade del planeta,
los héroes se exilian
y el amor muere.
El hombre ya no sabe escribir
lo que no sabe pensar.

Humano cruel y despiadado,
¿por qué condenas a los justos?
Cuántos por la justicia han cantado
y han muerto tras los arbustos.

La Luna se esconde
y el Sol no brilla
como en un abismo.
El hombre ya no sabe querer
lo que nunca llegó a odiar.

Humano amable y guerrillero,
¿donde te escondes?
Con rabia te espero,
pero no sé dónde.

...

"Si te vas, que no sea lejos, ni por mucho tiempo."

¿Qué queda?

El soldado vuelve a casa, herido
por un mundo que nunca deja de arder.
Su compañera le sirve por fin de abrigo
y en su mente solo se quiere perder.

El poeta ya no escribe sonriendo,
ha desaparecido la compasión en su cara
por haber estado sobreviviendo
donde ya prohibieron que la música sonara
(más alta que los gritos de dolor).

El artista ya no dibuja paisajes
verdes, con abundantes flores;
ya no lleva sus pinturas a los viajes
porque donde va, solo encuentra errores.

El escritor ya no sabe de qué hablar,
quiere hacerlo de amor y de alegría
pero sabe que no va a calar
en la mente de las chicas frías.

El obrero ya no lucha
contra los que aprietan sus cadenas,
ni siquiera escucha,
aunque las sobras de los burgueses cena.

El joven ya no quiere aprender
del viejo que ya no quiere vivir.
El joven quiere lo que van a vender
y el viejo solo busca dejar de sufrir.

La pareja ya no ríe, ni besa
apasionadamente bajo la Luna;
la pareja siente que la vida pesa
y el amor (inexplicablemente) le abruma. 

El hijo ya no busca atención
y el padre ya no da consejo.
La madre ya no tiene pasión
y la hija huye de los espejos.

El amor ha sucumbido al cansancio,
el cansancio ha sucumbido a la apatía.
El tiempo ha sucumbido al espacio
y las miradas a las palabras tardías.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Sálvame.

Sálvame.
Sálvame cuando solo quiera vomitar asfalto.
Sálvame cuando el miedo corrompa mi sonrisa.
Sálvame cuando solo tus besos puedan evadirme.
Sálvame porque el tiempo corre 
y mis pies se hunden entre las flores.

Salva mis ganas de venganza 
cuando la luz se va sin despedirse.
Sálvame de la nostalgia que me trae la poesía.

Salva mis puños cuando se cierren con rabia.
Salva mis noches, mis amaneceres
y mis tardes de lluvia.

Sálvame porque solo dormir en tu cama
da sentido a levantarme.
Sálvame porque si tú no me salvas,
alguien vendrá que me condene del todo.

Abdou.

Abdou es un chico de quince años que vive en Senegal. Su padre, Ibrahima, tiene 54 años y trabaja en una de las multinacionales francesas que explotan los recursos y la mano de obra de su país. Trabaja doce horas al día y cobra el equivalente de cincuenta euros al mes. Tiene un hermano, Mamadou, de 21 años. Su madre, Khady, tiene 51 años. La situación en su familia es insostenible, solo consiguen comer una vez al  día con la miseria que papá trae a casa. De vez en cuando, mamá consigue robar algo y tienen una barra de pan extra para cenar. Ibrahima lleva varios meses ahorrando para poder viajar hasta Marruecos y llegar en patera desde allí a España, pero le da miedo el trayecto y sabe que si llega tendrá que ahorrar durante un par de años para poder pagar el viaje a su familia. Además, su esposa no tiene trabajo y no sabe cómo podrá subsistir su familia. 

Septiembre, 2013. Ibrahima ha ahorrado lo suficiente y sale hacia Marruecos. Se despide de su esposa con un beso apasionado y abraza con fuerza a sus dos hijos, que le despiden llorando. Pasan dos meses y Abdou todavía no tiene noticias de su padre. Cada día espera con ansia recibir una carta suya diciéndole que está bien, pero nunca llega. Tanto él como su hermano Mamadou han empezado a trabajar en la misma multinacional en la que su padre trabajaba, para poder dar de comer a su madre. Así permanecen dos meses más, hasta que les llega una carta desde España. Cuatro meses después de despedirse de su padre, les comunican que la patera en la que viajó llegó a la orilla con 7 personas más. Él y otro chico más joven habían muerto en el viaje a causa de la falta de alimentos y del calor. Su madre no lo puede creer, rompe a llorar desesperada por haber perdido al hombre con el que llevaba más de 30 años. Sus hijos lloran abrumados por la muerte de su padre, que dio su vida día tras día para llevarles comida a casa. El capitalismo ha acabado con su padre y Abdou decide semanas después no continuar allí y tomar el ejemplo de su padre. Convence a Mamadou y a su madre para afrontar la necesaria travesía con él y así lo hacen, tras varios meses ahorrando algo de dinero para llegar a Marruecos. Pasan horas y horas en el mar, bajo el profundo sol, con 2 chicas más de la edad de Mamadou. Por fin llegan a la orilla, casi deshidratados y consiguen entrar al país de manera ilegal.

Tras más de un año buscando trabajo, Abdou y Mamadou se rinden y deciden entrar en el mundo de la droga para conseguir algo de dinero para ayudar a su madre, que lleva unos meses muy enferma. Abdou entra en el mercado de la droga como camello, vendiendo cocaína y cristal a distintas personas. Siempre siente que la policía anda cerca, husmeando. Él detesta vivir así, pero no le queda otra opción. Un día, su hermano contacta con él. Le han detenido con muchísima droga encima y le van a meter en la cárcel varios años. Al ser inmigrante, la justicia española decide repatriarle y llevarlo de nuevo a Senegal, dejando a Abdou y a su madre en España. Abdou no gana el suficiente dinero para pagar un hospital a mamá, que a los dos meses muere delante de sus ojos. Abdou está solo y asustado. Decide dejar el mundo de las drogas y resignarse a pedir algo de limosna en una esquina del centro de la ciudad, comiendo gracias a la caridad.

Con el paso del tiempo, Abdou no vuelve a saber nada de Mamadou. Ha perdido a su padre y a su madre y su hermano mayor ha sido detenido, encarcelado y repatriado. Ya no sabe qué hacer. Una tarde, andaba llorando, como siempre, cuando vio que en una tienda del centro vendían productos fabricados por la empresa que explotó a su padre y posteriormente a su hermano y a él. Seca sus mejillas y va a la gasolinera que había a cinco minutos de allí, roba un litro de gasolina que mete en una botella que había tirada por el suelo y sale corriendo. Llega a la tienda y, sin dudarlo, la rocía de gasolina y la prende fuego. Mientras los cristales estallan y la gente sale corriendo, él observa, esbozando una íntima sonrisa bajo las lágrimas que de nuevo cubren su cara, recordando a su familia. La policía llega y, al verle, le da una paliza ahí mismo, para posteriormente detenerlo desmayado. Cuando despierta está en una celda oscura y fría, con un brazo roto y sin poder moverse por el inmenso dolor que siente en todo el cuerpo. Le dejan ahí más de un día solo, sin luz, sin comida y sin agua. Abdou está perdiendo el juicio y no deja de gritar y de llorar el nombre de su madre. Por fin llegan tres policías armados que abren la celda y le obligan a acompañarles, sin apenas poder moverse. Ágilmente, consigue despistar a un policía y le roba la pistola, ya que éstos no le habían esposado al verlo innecesario debido a su aspecto después de la paliza. Él les amenaza y cuando le están apuntando, sube el arma y se dispara en la cabeza. Todo se apaga, por fin. El capitalismo negó a Abdou una vida digna y le condenó a una llena de dolor y frustración hasta su último momento. Abdou cayó muerto al instante, en el último momento recordó una tarde en la que, cuando él tenía 6 años, jugó al escondite con su hermano. Su cuerpo estaba destrozado y sangraba, pero su boca lucía una preciosa sonrisa.

viernes, 30 de agosto de 2013

Noches interminables.

Amanece...
o está cayendo la noche.
No estoy seguro.
La utopía de una noche sin tu regazo
lo cubre todo de una espesa niebla.

Es incómodo no poder rozar mis pies
con los tuyos cuando el frío se cuela
por debajo de las mantas.

Los grillos montan barricadas en el portal
y algunos cantan tan fuerte
que me impiden escuchar
el interrumpido latir de mi corazón melancólico.

Por la ventana no asoma ni la tenue luz de una farola,
pero igualmente me duelen los ojos.
Parece que quieren decirme algo,
o que quieren huir a otro lugar
a ver paisajes mejores.

Tengo frío.
Pero es un frío interno, intocable,
un frío que me recorre el cuerpo
y no calma por mucho que me cubra.

Estoy a un escaso metro del suelo,
pero lo veo muy lejano.
Me siento como en un precipicio
en mi propia atmósfera.

Noches infinitas, interminables,
noches que no deberían existir.
Noches sin sueño y sin sueños.
Noches duras y tristes,
noches largas.
Noches sin ti.

jueves, 29 de agosto de 2013

Algún día...

Es triste pero soy un poeta
que solo concibe belleza
en tu vagina y en una revolución.

El mundo de mentira en el que
muchos se sumergen para poder ser "felices"
no ha apuñalado mi realismo.

No tengo primavera,
ni noches estrelladas,
ni amaneceres preciosos...

Solo podré ser libre cuando pueda escribir
contigo cerca de mis versos
y bajo la sombra de una bandera roja.
Cuando pueda estar orgulloso
de ser humano.

Mi cordura me enloquece
en los días infinitos
donde no puedo besarte
y donde no encuentro justicia en ninguna esquina.

Mantengo la esperanza
de exiliarme contigo a Cuba
porque la esperanza de una revolución
a veces la siento lejana,
incluso invisible, como si tan solo
fuera una ilusión que ya se desvaneció.

Tu risa suena en mi cabeza,
de lejos...
Es intensa pero calma mi agonía revolucionaria.

El otro día debatimos sobre cómo hacer la revolución
y terminamos besándonos
y haciéndola en mi cama.
Muchos poetas han intentado describir el amor
pero ninguno lo hizo con tanta claridad
como nosotros esa noche sin usar palabras.

Estoy leyendo a Lenin mientras acaricias mi pecho,
tu cuerpo desnudo culmina la belleza de esta escena.
No quiero que la historia absuelva nuestro amor
ya que no hay uno tan puro en esta condenada ciudad.

martes, 27 de agosto de 2013

A Fidel.

Tu discurso firme y justo corre junto al viento
que lo lleva por el mundo y vuelve con la grandeza
que la causa por la que luchaste te reconoce.

La historia te absolverá porque
un día será escrita por los justos
y destacará tu lugar en la lucha
por la justicia y la igualdad.

Pisaste la gran bota del imperio
e hiciste surgir una isla que,
hoy en día, resiste heroicamente
y es ejemplo para todos los soñadores.

Perseguiste la utopía por la que muchos murieron
y el orgullo con el que hoy
podemos mirarte no se puede comparar.

Tantos quieren vencerte
y tantos gritan tu nombre con fuerza...

Los niños cubanos hoy sonríen felices y libres
y nunca olvidan lo que hoy tienen gracias a ti.
Más allá, donde el capitalismo somete y aniquila,
muchos mueren sin poder abrir un libro
y todavía tienen valor de desacreditarte.

Eres leyenda viva, 
eres justicia, 
eres grandeza
y humildad a la vez.

Eres ejemplo, esa es la palabra.

Viva Cuba soberana y socialista.
Viva Fidel.
Viva el Che.
Viva la lucha contra el imperialismo y el capitalismo.
Viva el socialismo.
Viva la Revolución.

lunes, 26 de agosto de 2013

Te quiero.

Te quiero porque
me quieres y porque al quererte
soy libre.

Te quiero porque en noches como ésta
me besabas hasta quedarte sin fuerzas
y te rendías en mi pecho 
cansada de sacarme sonrisas.

Te quiero porque la única poesía que concibo
es la que tu mirada inspira en la mía.
La que luego dejo caer sobre el folio
manchado de tinta invisible.

Te quiero por tus incertidumbres,
tus besos, tus dudas...
Te quiero por tus inquietudes,
por tus manías y por tus rarezas.

Te quiero porque solo tú encajas
en mi forma de ver el amor,
de percibir las caricias
y de decir los "te quiero".

Te quiero sin plantearme si te quiero,
ni cuánto te quiero,
ni por qué te quiero.

Te quiero con matices,
con incorrecciones y defectos.

Te quiero porque el mundo no me gusta
hasta que tú apareces y entonces,
tú eres mi mundo.

Te quiero cuando estás a mi lado,
cuando te puedo besar,
cuando te vas 
y cuando te echo de menos.

Te quiero porque no sé sentir otra cosa hacia tí,
no sé odiarte, ni ignorarte...
ni siquiera sé quererte poco.

Te quiero cuando te escribo
y cuando te leo.
Cuando no decimos nada
y cuando lo decimos todo
sin usar ninguna palabra.

Te quiero porque...
no sé, te quiero simplemente
porque no puedo no quererte.

domingo, 25 de agosto de 2013

Regálame un suspiro.

Regálame un suspiro para poder ahogarme,
regálame una bala para disparar al viento,
regálame una noche para perderme contigo
y encontrarme a mí mismo entre tus brazos.

Regálame una vida, un instante, una mirada...
algo que pueda compartir contigo,
aunque sea efímero,
solo para poder recordarlo
en las noches que no aparezcas.

Deja en mi felpudo el aroma de tu espalda
para recordarlo al recorrer
el invierno de las calles más crueles.

Regálame calor alguna madrugada
en la eterna calma de tu cama
o préstame tu mano 
en la lucha contra el capital.

Regálame la belleza de una bandera roja
ondeando a la par que tu largo pelo
con el intenso viento de un otoño despeinado.

Allá donde esté una de tus caídas
estará mi pecho para que apoyes tus miedos en él
y olvides que más allá de mis besos
el mundo se deshace agonizando.

Pon en mis manos la palma de las tuyas
y no sueltes nunca a este rojo
enamorado de tus ojos verdes.

Regálame tu risa para despertarme con ella
y ver cada Lunes como, simplemente,
un día que terminará con la Luna reflejada en tu cristal.

sábado, 24 de agosto de 2013

Libertad.

La libertad se desea, se busca, se primoriza.
Hay que luchar por la libertad
y hay que saber verla en pequeños detalles.

Mi libertad se encuentra entre tus brazos
o bajo tus sábanas.
Encerrado en tu cuarto me sentía libre
como un guerrillero disparando a un genocida.

Si no cantas a la libertad,
la música desafina.
No sabrás sentir 
si no sientes con libertad.

El amor es libre como el agua
o como tus labios.
Qué triste es ver libertad
mientras arrastras cadenas.

Cuando agarro tu cintura puedo oler la libertad
mezclándose con tu perfume.
Entonces vuelo sobre tus fantasmas
y les bombardeo.

Libre como cubanos resistiendo al imperio,
libre como Stalingrado derrotando a los nazis,
libre como artistas revolucionarios,
libre como tu vientre estepario.

La libertad es necesaria para sentir,
para ser feliz, para amar.
Si no eres libre ni luchas por serlo,
no podrás ver más allá de lo material.
Sé libre.

martes, 20 de agosto de 2013

A pesar de tu amor.

Cuando el realismo me invade
lo único que me salva del asesinato
son tus labios esperándome 
esquina tras esquina.

Me inmolaría en tu cama
para recordar la eternidad
con el aroma de tus noches.

El futuro es oscuro
pero tus pechos alumbran el camino.
"Sigue luchando",
parecen susurrarme tus orgasmos.

Si me prestas una mirada
te regalo un recuerdo.
Lo importante es verte,
el lugar no es relevante.

Siento que el universo estalla
y solo el amonal de tu vientre
se escucha más fuerte
entre las paredes de tu cuarto.

Hablando contigo sobre Cuba
sentía que rozábamos el cielo.
Pero era nuestro cielo,
no el cielo falso de las películas.

Volando con tus alas
tenía los pies en el suelo
pero mi mente olvidaba por un momento
que, a pesar de tu amor,
el capitalismo aún arrasa con todo.

-

"No quisiera deprimir más al mundo,
 solo empujarlo a que luche por ser más justo."

                                                                                -Pablo Hasél.

lunes, 19 de agosto de 2013

¿Paz?

Aprecio las noches
más que algunos días...
pero algunas no valen la pena
ni merecen ser siquiera despreciadas.

En la mágica oscuridad de un domingo
la calma es ficticia y repetitiva...
¡Cómo odio los domingos!
En cada uno de ellos una sonrisa se estremece
y una muñeca se desangra.

No existe la paz 
ni en la oscura belleza de un poema
y los versos nunca riman
igual para todas las mentes.

Hay besos que inundan labios
y hay besos que inundan mejillas.
Hay personas que ocupan camas
y hay personas que ocupan recuerdos.

Los lugares que parecen relativamente tranquilos
solo lo son porque se alejan
del bullicio y de la rigidez
del mundo que, al fin y al cabo, 
nos rodea.

De cualquier forma,
todos somos mártires
pero no todos lo somos
por los mismos ideales.

La paz es irreal,
confusa, deseada, despreciada, añorada...
la paz no existe, pero sí 
alejarse de lo que impide
la existencia de ésta.

La supuesta paz se esconde en un beso,
en un abrazo, en una canción, en un poema,
en un libro, en una mirada, en un momento,
en una vida, en una persona, en el olvido...
Pero solo es una paz ficticia.
Lo necesario para acercarnos a la paz inexistente.

El realismo, el amor, el desamor, la nostalgia,
la melancolía, la sabiduría, la ignorancia,
la verdad, las palabras o los gestos
nos alejan de la supuesta paz.

Los hay que, como yo,
buscan la paz en el caos de otra persona
y en las tímidas curvas de su espalda.

Hasta la victoria siempre, aunque cueste.

Debería conservar siempre la esperanza
de que la batalla por la libertad llegará,
que algún día los humildes
no servirán a los asesinos,
pero es difícil.

Qué triste es ser realista
y ver tan largo el camino del cambio.
Qué lejos queda la victoria...

Miro a mi alrededor y desespero,
solo veo borregos apagados y sumisos...
otros con miedo
y otros con las ideas equivocadas.

Me cuesta creer que viviré para ver el triunfo,
o que incluso presenciaré el inicio de la lucha...
pero imaginarlo me da fuerzas
para seguir adelante.

Si no veo yo un mundo justo,
al menos que lo vean mis nietos
o los nietos de éstos.

Hasta la victoria siempre,
aunque cueste.

domingo, 18 de agosto de 2013

Hermosa pasión adolescente.

Los brazos de Claudia abrazan con fuerza a Víctor, su pareja, al llegar a la casa de éste. Rápidamente Víctor le acompaña a su habitación y le dice que espere, mientras le prepara un café caliente para amenizar el frío invierno. Víctor tiene 16 años, Claudia acaba de cumplir 15. A pesar de su edad, sus mentes ya son fuentes de cultura y visión crítica, las paredes de la habitación de Víctor se tiñeron de rojo hace casi un año y mientras besa a su amada, las fotos del Che, de Fidel y de Marx parecen sonreirle. A Claudia le encanta esa faceta de Víctor y a él le encanta explicarle cosas y ver cómo calan en ella las ideas que le transmite. Víctor llega con el café a la habitación y ella está esperándole observando una frase del Che que Víctor tiene escrita en un papel pegado a la puerta de su habitación. Víctor bromea y hace ver a Claudia que el café va a derramarse sobre su camiseta negra, ella se asusta y al ver que él se ríe, coge el café, lo deja en la mesa y, sonriendo, abraza y besa a su novio. Se abrazan con fuerza, como si hiciera meses que no se veían, a pesar de que el día anterior habían estado juntos. Su amor es realmente puro, amor adolescente, pero de dos chavales inteligentes y que se aman con locura. Claudia, tras un par de minutos de miradas entre sus labios, incita a Víctor a tumbarse con ella en la cama, y Víctor accede. Poco a poco, los besos van adquiriendo pasión y las manos de Víctor se desatan y recorren la espalda de Claudia, cuya camiseta ha levantado lentamente. Los dedos de Claudia buscan el vientre de su chico, y éste se pone nervioso y le besa enérgicamente. Las manos de la joven son ágiles y desabrochan el pantalón de su grandullón. Víctor acaricia el cabello de su pequeña y ella interpreta que las piernas del joven ya no tienen motivo para estar cubiertas. Su pantalón cae al suelo y Víctor comienza a deslizar sus fuertes manos por las suaves piernas de Claudia. Su pantalón no tarda poco en ser despreciado por el momento. Los minutos se suceden y la intimidad va cobrando la forma más preciosa en la que puede ser encarnada. Tras unos veinte minutos de hermosa locura, los adolescentes caen rendidos sobre el colchón del chico que, relajado y feliz abraza a Claudia por detrás y besa su espalda sudada. Ella, poco a poco, se va quedando dormida mientras él, incapaz de evitarlo al contemplar tan inmensa belleza, esboza varias sonrisas. Víctor echa un vistazo a su cuarto y reconoce en la tenue luz la taza. Está intacta, tan solo se ha quedado frío el café. Lo bebe y vuelve a meterse en la cama hasta quedarse dormido, sabiendo que al despertar, su musa estará a su lado, esperando para ser retratada con bellas palabras salidas de los labios de Víctor. 

sábado, 17 de agosto de 2013

Tus caderas como únicas cadenas.

Tu suave cabello cae por el contorno de tus mejillas
dejando tras de sí un brillo
incapaz de descifrar para aquel que no ha recorrido
la piel de tu espalda con la yema de los dedos.

En tus ojos se refleja la Luna
y está más llena y hermosa que nunca.
Como si fuera eterna,
como si nunca hubiera estado tan cerca.

Tus labios se humedecen con el paso de las sonrisas
y los puedo besar.
Cómo desespera su tacto infinito
en un mundo que pronto desaparecerá.

Tus mejillas pálidas buscan mi pecho
para descansar sobre él
y las mías buscan tus besos
para sonreír como un niño.

La figura de tus pechos 
en noches imperfectas
dibujan poemas
que nunca dejarán de escribirse.

Tu espalda...
qué decir del mejor papel
en el que escribí un poema.
Escurridiza como una cascada
de caricias a destiempo.

Tu vientre es la mejor carretera
hacia momentos inolvidables 
donde, verdaderamente
somos tú y yo.

Tus caderas son mis únicas cadenas
porque atado a ellas
me siento libre
como el fuego.

Tus piernas perfectas
me sugieren el camino
de un otoño contigo
y de una vida con nosotros.



Tu cuerpo, esa obra de arte anónima cuya belleza no alcanza a describir ningún poema.
Ningún verso, canción o cuadro es digno de tratar de sus curvas y sus matices,
pero yo lo intento.
Porque yo lo he besado.
Este poeta ha vivido entre tu calor y ha espantado tus miedos.

jueves, 15 de agosto de 2013

Si te vas...

La nostalgia de un cigarro casi terminado
sube por el estómago y me colapsa la garganta.
Viene cargada de recuerdos
y de un cd con canciones en las que solo se oye tu risa.

Los nudos al final de la boca
tienen tu firma y el color de tu lápiz de labios.
Escribo poemas tristes 
y el boli me araña el cuello por dentro.

Cuántas ciudades prendería fuego si te fueras.
Difícilmente superable la fuerza de tus besos.
Si te vas, voy contigo.
Si te quedas, vamos donde quieras.

Demasiada luz para un día tan oscuro.
Abro un poco la ventana 
y el mundo aprovecha para entrar,
el muy indeseable.

Si te vas,
(no te vayas)
llévame contigo.
Donde sea.

martes, 13 de agosto de 2013

Sentir es escribir.

Cuando busco tus labios y no los encuentro,
cuando corre demasiado viento entre nuestros cuerpos...
cuando no te puedo querer
es cuando realmente te quiero.


Vivir es sentir
y sentir es escribir.
Escribo porque puedo sentir
y porque no vivo sin ti.


Cuando acariciabas mi espalda
y desconocia tu capacidad para clavarte en el pecho,
veía todo facil y rápido.
Ahora parece que mientras escribo se va venir abajo el techo.


Será que no soy un experto en esto de perderte
o que me acostumbro demasiado a lo que no va a durar para siempre.
Hablando de durar,
qué duro es quererte.


Me cobijo en la esperanza de que algún día
cruzarás la puerta que dejé entreabierta solo para ti
y olvidarás que hubo un día en el que
no me necesitabas.

domingo, 11 de agosto de 2013

Te sigo escribiendo.

Sabría describir paisajes eternos,
sabría describir melodías tristes,
sabría describir lugares que nunca he visitado
pero jamás sabría describir lo que esconden tus ojos.

Me perdería en rincones alejados de ti
donde sintiera el suave viento como un disparo,
pero, al llegar la noche,
la Luna caería y tú me besarías.

En tu regazo revolucionario
no hay lugar para el desorden
y por muy perdido que esté,
siempre encuentro un hueco donde apoyarme.

Siempre busqué algo que me llenara,
algo como tú.
Podría decirse que te esperé durante años
aunque no te conociera.

Te escribo porque, muchas veces,
una mirada no sirve...
Cuando escribes un poema,
esos versos siempre estarán ahí,
siempre existirán,
aunque yo desaparezca.

Podría decir que la noche es fría,
que tú no me abrazas
y que será un invierno largo, 
pero no es así...

Es un verano normal,
el calor no me deja dormir
y las noches son mas cortas.
Pero, al igual que en invierno,
te sigo escribiendo.

La noche cae y tus ojos se cierran.

A veces, cuando la noche cae y tus ojos se cierran, te puedo ver de verdad. Con poca luz y algo de viento, vislumbro tus manos encogidas por el tímido frío que se cuela por la ventana y las agarro con una fuerza imperceptible para tus sentidos, ya dormidos entre mis brazos. Tu espalda marca un camino poético hasta tu cuello, que recorro a besos deseando que te despiertes, pero sin importarme que sigas dormida. Supongo que serán las cuatro de la madrugada, me he desvelado y solo puedo mirarte, esbozar una sonrisa y, de vez en cuando, bostezar. La noche oscura se refleja en tus pupilas de una manera tan bella que humillaría a millones de obras de arte. La Luna no está llena, pero está preciosa. La calma recorre mis brazos desnudos y, cada segundo, te contemplo con mayor asombro. ¿Cómo pueden concentrarse en un solo cuerpo tantos poemas? Pasan los minutos, el viento, los pensamientos... mis ojos ceden. Me duermo, pero, por suerte, te sigo viendo.

Canto de amor a Stalingrado.

Miles de sueños quebraron en la lucha,
destellos que se perdieron en el horizonte
que surcaron las balas que ya no se escuchan
en la libertad que nos devolvió Stalingrado.

La sangre derramada por millones de soldados
a los que con orgullo podemos llamar poetas,
vuestro esfuerzo nunca será olvidado
porque disteis la vida por salvarnos en Stalingrado.

Honor para los valientes, los héroes de la humanidad.
Aquellos que vencieron a la bestia del fascismo
y para ver el Sol nos dieron otra oportunidad
disparando resistencia en las trincheras de Stalingrado.

No hay medallas que puedan condecorar
los uniformes de los hombres y mujeres
que sobre los genocidas consiguieron volar
y les derrotaron bajo el cielo de Stalingrado.

En el lúgubre viento de la guerra
ondearon la bandera de la clase obrera
y con esperanza sembraron la tierra
de los campos invadidos de la ciudad de Stalingrado.

Hoces de rabia y martillos de solidaridad
tumbaron la barbarie que asolaba el mundo
y devolvieron al planeta la dignidad
que recuperaron los fusiles en Stalingrado.

Eterno amor a los que lucharon
porque el mundo no sucumbiera,
a los que su último suspiro esbozaron
en algún rincón de Stalingrado.

viernes, 9 de agosto de 2013

Ya no estás.

Madrugadas gélidas 
como un invierno sin abrigo
o sin el cobijo 
de tus sábanas.

Mi estabilidad se perdió
en la utopía de un atardecer
manchado con café de sobre y
húmedo de lágrimas sin rumbo.
(Iban camino de tu almohada.)

Si no vuelvo a observarte durmiendo
alguna tarde de fin de semana,
escribid en mi lápida:
"Murió recordándole."

El suelo cruje por la llegada del frío,
me despierto de mi pesadilla
y busco tu perfume en el aire...
como de costumbre, no has vuelto.

No sé de qué me sorprendo,
era de esperar
que te esperara cada noche.

Tus labios...
qué suaves eran.
Cómo me besaban 
en días oscuros
y me evadían de la realidad.

Contigo pisaba el suelo,
pero tocaba el cielo.

Paseo por una larga avenida de la ciudad...
a lo lejos alguien toca el violín.
La canción es triste,
como su mirada.
Le miro y le agradezco esta ínfima sonrisa,
me responde con una mueca rápida.

Al parecer el mundo se desvanece
poco a poco...
Y la droga de tu cuerpo
ya no me reconforta.

Ya no estás.

jueves, 8 de agosto de 2013

Nada es lo mismo.

Miro viejas fotos en blanco y negro
y veo más color que en un futuro
sin la pintura de tus labios.

Dicen que debería olvidarte,
que debería pasar página
y cambiar el título al libro...
es posible.
Pero es imposible.

Tu mirada se reflejaba en la mía
como la Luna en el Mediterráneo
aquellas noches que nos besábamos en su orilla.

El colchón ya no tiembla,
los vecinos ya no se quejan
y yo ya no sonrío.

Borracho contigo en un parque
con la mirada perdida
lo veía todo más borroso, 
pero también más claro.

Si el alcohol bajaba 
y tú subías encima mío
el mundo desaparecía.
Todo quedaba a nuestros pies
aunque no tuviéramos nada.

Todo es tan contradictorio
cuando tú no pones cordura
a mi caos...

Eres como uno de esos poemas
que siempre dejo a medias,
no por cansancio,
sino por impotencia.

Ya no queda esencia.
No quedan miradas
ni calles que recorrer contigo,
solo quedan esquinas donde te besé
y un par de vasos de vodka.

Estuviste loca
por amarme en este mundo.
Y yo estaba loco
por poder amarte en uno distinto.
Amor con locura, al fin y al cabo.

Nada ha cambiado,
la noche cae todos los días
y el Sol da calor por las mañanas...
Nada ha cambiado,
pero nada es lo mismo.

Viva la revolución.

El mundo llora en sus entrañas,
por un futuro que no llega,
que se estanca
y que sin piedad nos araña.

No te engañes,
no quieras ver luz donde solo hay oscuridad.
Quítate la venda.

Si la gente en África muere de hambre,
a pesar de ser los más ricos en recursos,
pregúntate por qué es así.
Lucha contra esa injusticia,
manifiéstate contra esta barbarie.

Ten claro que el verdadero terrorista es el capitalismo,
no quienes luchan contra él.
La violencia contra los asesinos
es mejor que cualquier poema.

El capital nos agobia,
nos asfixia,
nos engaña con una falsa paz
y nos consume por dentro.

Millones de niños sin oportunidades
por este sistema asesino.
No te dejes llevar,
no seas otro cretino.

Lee, investiga, culturízate,
el futuro está en nuestras manos.
Cuanta más gente lo entienda,
la revolución tardará menos en llegar.

Aunque a veces te sientas incomprendido
por pensar, por preocuparte,
recuerda que eres mejor que todos ellos.
No dejes que consigan dañarte
cuatro idiotas,
que no son más que borregos y marionetas del sistema.
Ellos no sabrían distinguir belleza
en lugares donde tu encuentras poesía.

Tenemos argumentos y referentes,
el Che, Lenin, Fidel, Marx, Ho Chi Minh, Neruda...
todos ellos han luchado por un mundo mejor
y, como nosotros, ven posible un planeta más justo.

Hay que concienciar a más gente,
a los jóvenes (como yo) hay que hacerles llegar estas ideas...
recuerda que tú no naciste revolucionario.
Dentro de cada persona sumisa 
late el corazón de un guerrillero.

La burguesía caerá
y el socialismo triunfará.
Por la justicia,
la solidaridad...
por la humanidad.

¡Viva la Revolución!

miércoles, 7 de agosto de 2013

Falsa paz.

Campos eternos,
naturaleza, silencio...
perderme, al fin y al cabo.

Brisas frescas y sinceras
rozan mis labios
como uno de tus cómodos besos.

Pocas cosas me reconfortan tanto
como aislarme de todo.
Olvidar la sociedad,
las miradas crueles,
los golpes...
olvidarme de mí mismo.

Desde aquí se ve todo más claro, 
incluso mejor.
Ficticiamente mejor.

Escribo esto en la terraza 
de la casa en la que,
siendo niño,
jugaba y corría feliz.

Encima mío un cielo nublado pero tranquilo,
a mis pies tejados de distintas casas...
A lo lejos (no mucho),
un castillo nostálgico con paredes ruinosas
y en mi mente, el vacío.

Este sitio está lejos,
pero no sé de qué.
Lejos de lo que no me gusta tener cerca,
supongo.

Ellos llaman civilización
a lo antagónico de esta inmensa paz.
No lo entiendo.

Aquí los versos fluyen...
a lo lejos alguien camina firme
y yo suspiro y esbozo una sonrisa.

Tu mirada aún aparece como un destello
por algún rincón de mi mente joven...
pero aquí arriba, 
aunque no estés,
te beso mejor que en cualquier ciudad.

Los poemas aquí riman mejor,
la cerveza sube 
y el mundo sonríe...
o así lo veo yo.

lunes, 5 de agosto de 2013

-

Van a cumplirse cuatro meses desde que creara este espacio y me abriera al mundo de la poesía. Voy a ser sincero, me hace muy feliz escribir. Me llena mucho y realmente, he descubierto que es una de mis aficiones y una de mis vocaciones más firmes. Es fantástico sentir ese "algo" que sientes al terminar un poema. Leerlo un par de veces y que te guste algo que tú mismo has realizado... es verdaderamente satisfactorio.

Lo básico es escribir por placer, por el placer de dejar fluir las palabras en una frase y las frases en poesía. Ver como muchas rimas salen, sin más, sin forzarlas. Sentir que alguien se pueda identificar con algo que tú has escrito también alegra mucho. 

Muchos encontramos en esto la fuerza para vivir con más entusiasmo en este planeta destrozado y en decadencia. Personalmente, la poesía me ha enseñado a evadirme, pero también a querer. Los poemas que más he disfrutado escribiendo son los que sabía que iban para ella. Los que pensaba en su rostro al crearlos. 

¿Quién me inició en esto? En su base, Pablo Hasel. Pero no fue todo gracias a él, él solo me inició, por eso le admiro tanto. Descubrí a Neruda, Miguel Hernández, Aitor Cuervo, Josep Valtònyc, García Lorca... y otros tantos que me quedan por descubrir.

Si estás interesado en escribir y crees que podrías hacerlo bien, adelante. Lo importante es disfrutar haciéndolo y tener un motivo por el que escribir.

Gracias por leerme.

 Att: Edu. 



                                                                                            Salud y República. 

Luna enferma.

La noche está tranquila,
pero yo no.
No puedo estarlo.
No puedo borrar de mi cama
la silueta de tu cuerpo abrazado al mío.

Corre una suave brisa fresca
que ameniza la entrada de la madrugada.
Debería gustarme más este momento,
pero tú no estás disfrutándolo conmigo.

Objetivamente hablando el mundo no me gusta.
El capital sigue arrasando con todo
y tú no me besas, ni me sonríes,
ni siquiera llamas al teléfono
que tantas veces escuchó mi voz tranquila
diciéndote que te amaba.

Pasan los minutos.
La Luna tan llena 
y yo tan vacío.

El polvo se asoma 
por lo alto de las estanterías
y tus labios clandestinos
ya no me sirven de abrigo.

Abro una botella y en su cristal 
se reflejan un par de estrellas
a lo lejos...
Tú también estás lejos 
pero no lo suficiente
como para dejar de sentirte cerca.

Quiero creer que aún acaricio tu espalda
los domingos por la tarde.