jueves, 29 de agosto de 2013

Algún día...

Es triste pero soy un poeta
que solo concibe belleza
en tu vagina y en una revolución.

El mundo de mentira en el que
muchos se sumergen para poder ser "felices"
no ha apuñalado mi realismo.

No tengo primavera,
ni noches estrelladas,
ni amaneceres preciosos...

Solo podré ser libre cuando pueda escribir
contigo cerca de mis versos
y bajo la sombra de una bandera roja.
Cuando pueda estar orgulloso
de ser humano.

Mi cordura me enloquece
en los días infinitos
donde no puedo besarte
y donde no encuentro justicia en ninguna esquina.

Mantengo la esperanza
de exiliarme contigo a Cuba
porque la esperanza de una revolución
a veces la siento lejana,
incluso invisible, como si tan solo
fuera una ilusión que ya se desvaneció.

Tu risa suena en mi cabeza,
de lejos...
Es intensa pero calma mi agonía revolucionaria.

El otro día debatimos sobre cómo hacer la revolución
y terminamos besándonos
y haciéndola en mi cama.
Muchos poetas han intentado describir el amor
pero ninguno lo hizo con tanta claridad
como nosotros esa noche sin usar palabras.

Estoy leyendo a Lenin mientras acaricias mi pecho,
tu cuerpo desnudo culmina la belleza de esta escena.
No quiero que la historia absuelva nuestro amor
ya que no hay uno tan puro en esta condenada ciudad.

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