jueves, 29 de mayo de 2014

(te) Recuerdo.

Recuerdo aquel día en el que nos juramos
ser agujas para nuestra larga piel,
clavarnos como se clava 
el Octubre en mí.

Recuerdo que quisimos ser baile
sin haber sido antes mirada,
sin habernos cruzado
con el viento gritando.

Recuerdo mirarte como miraba Camilo
a sus compañeros barbudos,
de frente y con fuertes sonrisas.
Lo recuerdo bien.

Recuerdo tus mordiscos de lobo
en mi pecho de presa,
tus carreras de huida
en mi mente dormida.

Recuerdo los folios llenos
en noches a medias,
recuerdo tu gesto vacío
en la ciudad escondida.

miércoles, 14 de mayo de 2014

;

Raíces que no terminan de salir
a la superficie.
No terminan de asomar su vida
para coger un poco de aire.
El aire que me falta 
cuando me faltan tus suspiros,
cuando me falta el agua
que regalan tus palabras.
No soy más que lo que creo ser.
Y no creo ser nada más
que lo que dejo atrás al caminar
sin rumbo.
Hay muchas formas de dormir y
hay muchas formas de no dormir.
Se puede dormir por estar sin ti
y se puede no dormir por estar contigo.
De noche la distancia es oscura,
duele más. No reconforta.
Nuestros cuerpos no se dan calor,
se dan vida.
Y luego perdemos la vida
porque no nos gusta el frío.

Fragmento de "La voz a ti debida" (Pedro Salinas)

Qué alegría vivir
sintiéndose vivido.
Rendirse
a la gran certidumbre, oscuramente,
de que otro ser, fuera de mí, muy lejos,
me está viviendo.

                                       -Pedro Salinas


jueves, 1 de mayo de 2014

Tiempo (enemigo)

Dueles duro a la vez que besas.
Corres o duermes según gustes de 
destruirme o de abrazarme a la vida.
En un bolsillo una pistola,
en el otro la calma, el suspiro...
tu calma siempre efímera,
siempre ficticia.
Pues tan pronto duermes
como lanzas piedras a mi tejado.
Tan injusto cuando puedes
y tan oportuno cuando quieres...
siempre espero más de ti
de lo que sé que vas a darme.
Me aferro a ti, por si acaso,
para algo eres infinito.

¿Te odio?

Te odio. Te odio con la fuerza
con la que odia la Tierra al hombre.
Te odio por esta sensación de vacío,
por este sádico cosmos que me envuelve.
Te odio como odian mis latidos
al ritmo de tus palabras,
a tu forma de inquietarme.
Te odio como a la luz doliendo 
a mis ojos, despertándome.
Te odio como odia el pobre
sin saber a quién odia.
Te odio de lejos, con cuidado,
con miedo a odiarte más.
Te odio como odian los poetas,
en silencio y entre líneas.



¿Te odio?