martes, 28 de abril de 2015

Qué bien se está

Firmar el contrato de no debernos nada,
de compartir algunas risas 
y otras, simplemente, no.

Caminar por tu ventana en Abril
y esperar a que te duermas borracha
en mi cama algún día de algún Marzo.

Romper con todo lo que no sea cómodo
para poner debajo de nuestro sexo
nada más que un colchón
y encima de él nada más que una sábana
que al final terminaré quitando,
resultado del calor producido
por el choque eléctrico 
de tu pecho con mi pecho.

Perder por completo la cabeza
y concentrar toda la fuerza
en mi mano derecha paseando
por Gran Vía.

Charrar de cómo todavía 
nos sorprende estar dando respuesta
a los besos prometidos
en Agosto.

Disfrutar de la belleza
de estar bien porque,
qué bien se está 
cuando se está bien
y qué bien se está
cuando se está contigo.

jueves, 16 de abril de 2015

Nueva era

He dado un paso adelante
para volver a la pasión embotellada
que bebo en tragos pequeños
que rascan la garganta
y hoy en mí es más fuerte
el viento de Zaragoza
que cualquier atisbo
de rencor enjaulado.

Rescato el abrazo sincero
del océano de nada
en el que lo había tirado
atado a un peso,
lo seco y lo cuido
para que se despierte
sin sobresaltos
ante lo nuevo.

No quiero el tiempo
de resquebrajar
la piel mestiza,
tampoco de enredar
la vida en otro cabello,
ni quiero ser padre
ni quiero ser hijo
pero quiero querer.

Me voy a cambiar de acera
si me cruzo con la prisa
que no nos representa
y me voy a escapar
de la rutina del cansado
y voy a coger al beso de frente
y al otro cabello y a la piel mestiza
y voy a enredarme en ella.