lunes, 26 de agosto de 2013

Te quiero.

Te quiero porque
me quieres y porque al quererte
soy libre.

Te quiero porque en noches como ésta
me besabas hasta quedarte sin fuerzas
y te rendías en mi pecho 
cansada de sacarme sonrisas.

Te quiero porque la única poesía que concibo
es la que tu mirada inspira en la mía.
La que luego dejo caer sobre el folio
manchado de tinta invisible.

Te quiero por tus incertidumbres,
tus besos, tus dudas...
Te quiero por tus inquietudes,
por tus manías y por tus rarezas.

Te quiero porque solo tú encajas
en mi forma de ver el amor,
de percibir las caricias
y de decir los "te quiero".

Te quiero sin plantearme si te quiero,
ni cuánto te quiero,
ni por qué te quiero.

Te quiero con matices,
con incorrecciones y defectos.

Te quiero porque el mundo no me gusta
hasta que tú apareces y entonces,
tú eres mi mundo.

Te quiero cuando estás a mi lado,
cuando te puedo besar,
cuando te vas 
y cuando te echo de menos.

Te quiero porque no sé sentir otra cosa hacia tí,
no sé odiarte, ni ignorarte...
ni siquiera sé quererte poco.

Te quiero cuando te escribo
y cuando te leo.
Cuando no decimos nada
y cuando lo decimos todo
sin usar ninguna palabra.

Te quiero porque...
no sé, te quiero simplemente
porque no puedo no quererte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario