lunes, 1 de julio de 2013

Eterno.

Recuerdo tu mirada suplicándome clemencia,
agarrando mis pupilas condenando mi demencia.
Te recuerdo entre desastres,
mi hermoso lastre.
Si tuviera que atribuirte un adjetivo,
no dudaría en calificarte como eterna.
Mantuviste mi suicidio vivo
y me distes alas tras cortarme las piernas.
Tienes una incomprensión profunda,
que siempre he querido descifrar,
pero cuesta.
Y me inundas.
Se quedan cortos los restos de tu sonrisa
cuando ciego perdido los talones me pisas.
Yo creo que guardo odio hacia ti,
pero que no se manifiesta,
que a la hora de salir al exterior,
rebaja su fuerza y de la mía me resta.
Podría escribir cincuenta poemas a tu incongluencia,
pero es tan mínima...
No es equitativo comparar lo oscuro de tu presencia
con todas esas veces que has llenado mi vida,
cada una de las miradas que con esperanza riman.
Firme inconsistencia la que ofrecen tus brazos,
pero a su vez seducen los desquicios
de tu ropa manchada.
No pretendo que esto suene a nostalgia,
es todo lo contrario.
Esto es presente,
un presente muy vivo el que vivo contigo,
Incluso entre golpes fuimos más que amigos,
algo que humillaría cualquier palabra que intentara explicarlo.
Siempre he pensado que algo de mí morirá contigo
el día que decidas marcharte.
Yo decidí ayudarte
y aquí estoy.
Somos algo que el viento dejó caer,
una mañana que el sol no se atrevió a amanecer,
un día de niebla húmeda,
algo que ni tú ni yo llegaremos a saber.
Somos tú y yo.

Eterno 11 de Octubre.

1 comentario: