lunes, 15 de julio de 2013

Vuelve... si eso.

Te dije una vez que tus ojos se parecían a la luna,
rectifico.
Es ella la que se parece a tus pupilas.

Recuerdo que con mi cabeza en tu regazo,
veía más cerca el cielo.
Algún día nuestras miradas volverán a cruzarse,
eso espero.

Espero.
Pero no llegas y las sábanas cada vez cubren menos
la ansiedad que me provoca tenerte tan lejos.

Recuerdo haberte besado
solo para sentirte un poquito más cerca.
Qué lejos quedan ya esas jarras de agua esbeltas
con las que nos refrescábamos tras sudar juntos.

No quiero olvidarte,
quiero que tú me recuerdes.
Qué incomprensible juego de palabras
cuando me decías que me querías
y yo respondía que por ti mataba.

Al final no maté, 
pero sí que muero por ti.
Ah, mantengo la promesa.
Si necesitas mi vida, aquí la tienes.

Tan pequeña y cómo pesas
en la cabeza que un día acariciaste.
Tan grande y qué lejos te veo
en la cama que un día conquistaste.

Si algún día quieres volver,
ya sabes que yo estoy esperando a que te apetezca
volver a pintar esta pared
hasta que los cuadros aparezcan.

Pero por favor, vuelve.

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