sábado, 4 de enero de 2014

Qué culpa tengo yo.

Qué culpa tengo yo
de que más lleno esté mi vaso
que la Luna reflejada
en mi ventana.

Qué culpa tengo yo
de que tus pupilas sean poesía
y de que yo sea poeta
de miradas tristes.

Qué culpa tengo yo
de ser oasis en tu espalda
y de tener arena de tus besos
entre la tela y mi piel.

Qué culpa tengo yo 
de esta noche tan tímida
y de vivir lejos de ti
bajo el mismo cielo.

Qué culpa tengo yo 
de que la madrugada
entre suave como
la buena cerveza.

Qué culpa tengo yo
de sentirte tanto,
si no son míos tus besos
ni me hablan tus palabras.

Qué culpa tengo yo
de estos versos,
si soy poeta principiante
y amante desfasado.

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