jueves, 6 de junio de 2013

Y qué jodido es olvidar.

Esto es lo que queda cuando no queda tu fuerza,
cuando me pierdo entre recuerdos ásperos
sin tu sonrisa y tu café cada mañana en esta mesa.
Queda un vacío lleno de ira,
la cual descargo en papeles
que escribo para dar algo de vida
a una existencia acabada y hundida.
Quedan también espectros de nuestras historias
que por un segundo me asfixian de alegría,
sonrío, sueño...
Y percibo un par de lágrimas tardías.
No puedo afrontar sonreír con otra
y que su risa no de la musicalidad que regalaban
las notas que se deslizaban por tu boca
cuando una carcajada soltabas.
Parece mentira que la misma cama donde valoro técnicas de olvido
sea la misma donde te hice sentir los escalofríos más jodidos.
Y qué jodido es olvidar una persona
que te dio tantas cosas que recordar.

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