Corres o duermes según gustes de
destruirme o de abrazarme a la vida.
En un bolsillo una pistola,
en el otro la calma, el suspiro...
tu calma siempre efímera,
siempre ficticia.
Pues tan pronto duermes
como lanzas piedras a mi tejado.
Tan injusto cuando puedes
y tan oportuno cuando quieres...
siempre espero más de ti
de lo que sé que vas a darme.
Me aferro a ti, por si acaso,
para algo eres infinito.
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