...
Ya no nos vemos.
Físicamente, no nos vemos.
El tiempo es lo único
que me une a la vida,
cuando la vida eres tú.
Y aún cuando ya no estás,
sigues siendo el nexo
con el ritmo del reloj.
El tiempo es un camino de folios
en el que vas dejando
piedras tras de ti.
Y mi camino eres tú.
Las piedras son tu ropa,
tu cuarto,
tu portal,
tus malas caras,
nuestro Agosto.
En esta mesa en la que te escribo,
apoyábamos los codos
y nos besábamos.
A la vez.
Y ahora apoyo mis dos codos,
apoyo nuestras fotos,
apoyo nuestro verano
y apoyo mi fuerza
para decirte adiós.
Carta de suicidio
al suicidio de nuestro amor.
Que no ha muerto.
Porque yo sigo escribiéndote
y tú sigues leyéndome.
Estoy seguro.
Pero algo,
por el hecho de estar vivo,
no tiene porqué estar despierto.
Tengo por algún cajón
ropa tuya.
Ropa que me quitaste
y ropa que te pusiste.
Ropa que aún me huele a ti
como salir a la calle
en Junio.
Salía a buscarte por estas fechas
hace un año.
Hoy solo busco aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario